¿Estás cansado de no poder ver el exterior porque tus ventanas están empañadas? ¿Te estás preguntando si es normal? Aunque la condensación en las ventanas es algo que vemos con frecuencia, sus consecuencias pueden ser bastante molestas a largo plazo. Te contamos en qué consiste y cómo reducirla al máximo.
¿Por qué aparece la condensación en las ventanas?
La condensación es el cambio de estado por el cual el vapor de agua, presente en el aire, se transforma en líquido. Sucede cuando la temperatura de la superficie contra la que choca el vapor de agua, que está en el aire, es inferior al punto de rocío del ambiente. Este proceso es muy común en la naturaleza. Cuando se origina dentro de los hogares produce pequeñas gotas de agua en los vidrios dando la sensación de que, como se dice coloquialmente, “las ventanas lloran”.
Si la temperatura exterior es baja, la interior es más alta y el volumen de humedad es elevado (principalmente en invierno), el contraste entre el exterior y el interior fomentará la condensación. Como las ventanas son el punto de ruptura con el exterior, el foco suele manifestarse ahí.Si no se corrige a tiempo y se ponen soluciones, puede llegar a extenderse hacia el marco de la ventana o las paredes generando problemas de humedades, corrosión y moho.
Algunos puntos a tener en cuenta
Para poder comprender el fenómeno de la condensación en las ventanas, resulta útil explicar primero algunos conceptos:
Humedad Relativa: Es la relación, en porcentaje, de la cantidad de humedad atmosférica presente relativa a la cantidad que estaría presente si el aire estuviera saturado. Cuanto más alta sea la temperatura, mayor cantidad de vapor podrá retener en suspensión. En cambio, a medida que la temperatura descienda, menor será el poder de retención. Por poner un ejemplo ilustrativo, si nos encontrásemos a 10 grados centígrados el aire podría retener muy poco vapor de agua, estaríamos en una situación cercana al 100% de humedad relativa. Mientras que, en otro supuesto, si nos encontrásemos a 26 grados el aire podría recoger el 50% de la humedad presente en el ambiente y tendríamos, por tanto, otro 50% de humedad relativa.
Punto de Rocío: Es la temperatura (en grados centígrados) a la que debe enfriarse una masa de aire para que el vapor de agua se condense.
Emisividad: Es la capacidad de una superficie (en este caso, el vidrio de la ventana) para emitir energía en el espectro infrarrojo por el proceso de radiación.
Valor U: El valor U indica la transmitancia de calor de una superficie o material, se mide en vatio por metro cuadrado y cuanto menor sea ese valor, mayor será la resistencia del material al flujo de calor y por lo tanto mejor será su valor aislante. En el caso de las ventanas, el valor U puede ser solo del vidrio (Ug) o de toda la ventana (Uw).
¿Qué tipos de condensación existen?
Hay que diferenciar principalmente dos tipos: La condensación exterior, que sucede en la cara externa de las ventanas y que no plantea demasiados inconvenientes. Y la condensación interior, que es síntoma de un mal aislamiento y podría acarrear problemas en el largo plazo.
Condensación exterior
La condensación en el exterior estará muy influenciada por la temperatura y la humedad relativa. Además del clima, otras variables como el movimiento del aire, la orientación de la vivienda, la época del año o la presencia de sombra pueden afectar en su aparición. Este tipo de condensación es generalmente temporal y en la mayoría de los casos sus efectos desaparecerán a medida que avance el día, igual que ocurre con el rocío de la mañana. La presencia de condensación exterior indica que las ventanas están cumpliendo su función, evitando que el calor salga fuera de la vivienda.
Condensación interior
Es el tipo de condensación más problemática y requiere valorar algunos factores adicionales además de la climatología. El funcionamiento es el mismo que en el caso de la condensación exterior, el vapor de agua choca con el vidrio de la ventana y se acumula en forma de agua. Sucede sobre todo en invierno porque las ventanas suelen estar cerradas y hay un aumento en los niveles de humedad interior, las personas y las mascotas producimos vapor al respirar, las actividades cotidianas como ducharnos o cocinar también, por lo que será necesario aumentar el intercambio de aire entre el interior y el exterior para evitar que se acumule.
¿Sucede más dependiendo de la zona?
La condensación puede aparecer en todo tipo de ventanas y está presente en todas las latitudes o ubicaciones geográficas. Aunque la climatología o las condiciones ambientales pueden influir en su desarrollo, la aparición no responde únicamente a una causa medioambiental. Está más relacionado, en cambio, con el tipo de ventana o vidrio y, en la mayoría de los casos, la forma en la que la ventana fue instalada sobre la estructura tiene mucho que ver. En definitiva, la condensación es la consecuencia de una ventana ineficiente (sin buen aislamiento térmico) o de una instalación incorrecta.
¿Es posible evitar la condensación en las ventanas?
Es posible reducirla en gran medida. Pero para ello es necesario encontrar un punto de equilibrio entre tres factores fundamentales:
- El aislamiento o hermeticidad de la fachada
- Las ventanas
- La ventilación
Los tres puntos son importantes pero el papel más importante lo tienen las ventanas. En el supuesto que ni las ventanas ni la fachada fuesen las idóneas, la solución de la ventilación es un parche que no sería suficiente a largo plazo. Detallamos a continuación lo más importante de cada uno de los factores.
El aislamiento o hermeticidad de la fachada
Los problemas de aislamiento en fachadas se dan sobre todo en edificios antiguos, construidos sin tener en cuenta los estándares de aislamiento y eficiencia energética actuales, y puede que afecten a más de un vecino. En estos casos la solución pasa por mejorar el aislamiento de la fachada, especialmente en las uniones entre fachada y huecos.
Ventanas de altas prestaciones
Como ya hemos explicado, el fenómeno de la condensación se produce cuando el vapor de agua entra en contacto con una superficie fría, por lo tanto, es importante que tanto el marco como el vidrio ofrezcan un buen nivel de aislamiento y hermeticidad. Será necesario contar con un índice bajo de transmitancia térmica, especialmente en el vidrio, ya que ocupa el 80% de la superficie de la ventana, optando por vidrios bajo emisivos, como el cristal inteligente Guardian Sun, que además tiene propiedades de control solar por lo que ayudar a mantener la temperatura ideal tanto en invierno como en verano.
No basta con que las ventanas sean de buena calidad, la instalación de las mismas cobra muchísima importancia. Las filtraciones de aire o agua entre los remates perimetrales pueden socavar la eficiencia de las ventanas, es fundamental contar con instaladores profesionales para rentabilizar al máximo la inversión.
Hay que tener en cuenta que la condensación temporal de los vidrios exteriores (que suele aparecer al amanecer) es un fenómeno ‘normal’ y propio de los vidrios de capa bajo emisivos, ya que esta propiedad impide la transferencia de calor desde el interior del hogar hacia el exterior, de manera que el vidrio exterior permanece a baja temperatura. Esto no supone un defecto en los vidrios, sino una muestra de su excelente aislamiento térmico.
La ventilación correcta y renovación del aire
Determinadas actividades que realizamos en el día a día, como cocinar o ducharnos, generan vapor de agua. La ventilación es la manera de renovar el aire y reducir los niveles de humedad en cocinas y baños. Es importante subrayar que la ventilación hay que llevarla a cabo tanto si las ventanas son eficientes como si no, porque ayudará a romper el contraste con el exterior y porque, de lo contrario, generaremos un microclima que podría favorecer la aparición de humedad en la cocina o el baño.
El principal inconveniente de la ventilación es que puede llegar a ser molesta, particularmente en los meses más extremos, con mucho frío o mucho calor. Lo recomendable es que se lleve a cabo de forma cotidiana, en especial en aquellas estancias que acumulan más humedad, durante breves períodos de tiempo para que al hacerlo no corramos el riesgo de perder climatización.
Como ya hemos visto, la solución al problema de la condensación en las ventanas pasa por analizar varios factores. Es importante tenerlos todos en cuenta para intentar mitigar los efectos de la humedad en las viviendas. Aunque es un problema más extendido de lo que se piensa, tiene fácil solución. Si optamos por mejorar el aislamiento térmico cambiando las ventanas, lo ideal sería hacerlo por unas eficientes con vidrio bajo emisivo y de control solar, y contar con profesionales para su correcta instalación.
